La entrega de Humberto Rubín del 18 de agosto, volvió a poner las cosas en su lugar. En la mesa de Humberto o el debate se transforma en gresca o carece de colorido. En la ocasión aludida, estaban invitados por un lado, Hirán Delgado Von Lepel y Raúl Breuer, abogados de Gustavo Stroessner y por el otro, víctimas de la dictadura: Martín Almada, Rubén Lisboa, Mario Ríos del Puerto, Nill Candia y Geraldo Osta. El tema era: “Blanqueo” a Gustavo Stroessner, pero fue de lo que se menos se habló.El enfrentamiento se planteó de entrada, cuando Rubén Lisboa expresó que Gustavo Stroessner no podía ser sobreseído. Enseguida, acusó a Von Lepel de haber sido su carcelero cuando estuvo preso, refiriendo que éste en la cárcel, obligada a los internos a ponerse de pie cuando el pasaba en señal de “pleitesía”. A las acusaciones se sumó Martín Almada, a quien Von Lepel llamó “badulaque”. En medio hubo una comunicación telefónica de Alejando Ladalardo, quien instó a no olvidar lo que sucedió en la dictadura. La cosa se fue caldeando y lo de badulaque, más una mención de Von Lepel a la difunta esposa de Almada, provocó el primer choque violento de la noche, a las 22:18, Almada se levantó abruptamente y arrojó el agua de su vaso hacia Von Lepel. Corridas van, corridas vienen, se fueron a un corte improvisado. A la vuelta, Gerardo Ostoa, mencionó que él venía a hablar de otra cosa. Como continuaba el conflicto entre Almada y Von Lepel, a las 22:23, hicieron la pausa.
Hubo de todo y a pesar de que lo que convocaba se trató poco, fue un gran programa en el que quedaron al descubierto muchas cosas. Las pausadas intervenciones de Nill Candia en donde hablando de Hirán Delgado Von Lepel dijo: “La violencia que generan estos hombres”…y lo señalado no carecía de razón. Von Lepel, tiene un problema en la garganta que le impide hablar normalmente y lo hace en una especie de jadeo ronco. No obstante, la soberbia de su porte y la frialdad de su mirada, hacen pensar en cómo habrá sido este hombre cuando tenía poder. El que lo acompañaba, Raúl Breuer fue llamado “pichón de stronista” por Rubén Lisboa y no lo tomó como un insulto, sino que reivindicó con orgullo esa condición.
Las víctimas, consideran que el fallo de la Corte con el sobreseimiento de Gustavo Stroessner es un disparate, mientras que los abogados del acusado, se mantienen en que además de todo, la causa está prescripta y que de no declararlo así los jueces, serán querellados por prevaricato.
Von Lepel quiso retirarse al principio del programa y después también Almada, pero se quedaron, aunque la tensión crecía. A las 22:56, como para calmar los ánimos Humberto hizo poner un video de Marco De Brix cantando “Honrar la Vida”. Esta vez, la música no tranquilizó a las fieras y después de las 23:00, otro desencuentro provocó la intervención de los hijos e hijas de Von Lepel, que estaban en el estudio y que arremetieron violentamente contra Almada, para finalizar retirando a su padre, que ya se había incorporado airadamente. Salieron del aire a las 23:16.
13:18
Fernando Villalba
Mi Cristo roto es una obra de teatro representada por un solo actor, el reconocido actor mexicano, Alberto Mayagoitia. Esta obra puede ser presentada casi en cualquier foro, porque el actor sólo requiere del apoyo de un técnico de luz y sonido y muy pocos recursos escenográficos.
La obra de teatro ha sido adaptada y producida por el propio Alberto Mayagoitia, el cual cuenta con casi 25 años de carrera artística en televisión y teatro.
La adaptación teatral parte de dos libros escritos por el padre Ramón Cué, S.J. derivados de sus aprendizajes y aventuras con el Cristo roto, pieza que le compró a un anticuario en Sevilla. Alberto Mayagoitia encarna al propio padre Ramón, y la obra se desarrolla en la oficina del sacerdote durante los momentos en que escribe los libros.
La temporada inaugural de Mi Cristo roto tuvo una permanencia de seis meses. Se presentó todos los viernes en el Altar del Perdón de la Catedral Metropolitana de la ciudad de México. Durante esta temporada, Alberto Mayagoitia hizo gala de su experiencia y de su gran talento interpretativo. Lo que inició como una corta temporada, durante la cuaresma del 2003, se convirtió en una gira internacional que abarcó todo el 2003 y gran parte del 2004.
Mi Cristo roto constituye una experiencia reflexiva maravillosa. Deja sembrados en los corazones de quienes la viven, sentimientos como el perdón, el amor al prójimo y la solidaridad. Nos enseña cómo hacer más llevadera la cruz que todos cargamos. El impacto que la actuación de Alberto Mayagoitia causa en el público trasciende todas las áreas de la vida del espectador.
Aquí te dejamos la obra grabada para la televisión en los estudios de EWTN en Birminham, Alabama.
Entradas
